Una tendencia de moda es promover el amor propio, lo cual me parece muy bien. Cambiar el enfoque de “si no duele no sirve” a “ámate a ti mismo” me parece mucho mejor, pero, ¿cómo podemos amarnos? ¿o amarnos más?

¿De dónde viene nuestra capacidad de amarnos mucho o poquito? Esos reproches, culpas, faltas hacia nosotras mismas ¿de dónde salieron?

No se trata de buscar culpables de cómo nos sentimos sino entender el caminito que hemos recorrido para ser quienes somos y sentirnos como nos sentimos. Independientemente de nuestra historia tenemos herramientas (algunas muchas, otras pocas) para irnos queriendo cada vez más.

¿Por dónde podemos empezar?

La aceptación es clave, aceptar nuestra imagen real, la forma que tiene nuestro cuerpo (que no cambiará así ganemos o perdamos peso, aunque puede mejorar con ejercicio), nuestra estatura, etc. Es un primer paso indispensable.

Después es necesario tener claro que el amarnos no vendrá solo, requiere trabajo y esfuerzo. Se trata de una lucha diaria contra ideas muy arraigadas, creencias sobre la belleza ideal y cómo no encajamos en ese lugar que quisiéramos estar. No se trata de remar contra corriente sino más bien de tener un constante diálogo interno entre lo que creíamos sobre nosotras y lo que ahora sabemos que somos en realidad. Ese proceso es el que nos permite amarnos, poco a poco, de forma gradual.

Vendrán días complicados, momentos en los que regresaremos a viejos hábitos, si tomamos este esfuerzo por querernos y apapacharnos un día a la vez, puede resultar un poco más fácil, no busques amarte siempre, busca amarte hoy.

*ilustración de pinterest

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