Nos hemos convertido en esa sociedad estresada y ansiosa que las películas pintaban como futurista. Estamos todo el día conectados a lo lejos y frente a frente desconectados y es justo esa realidad la que hace que dichos sean los padecimientos de moda.
Tanto el estrés como la ansiedad son mensajeros de todo eso que está dentro nuestro y no vemos. Mente, cuerpo y espíritu se esfuerzan por comunicarnos algo. ¿Qué nos están diciendo?
El estrés aparece ante ciertas situaciones que rebasan sus capacidades (o al menos así lo sienten). Es como ver que viene una ola gigante y no saber nadar. Ahora imaginen andar por la vida con esa sensación.
La ansiedad, por su lado, aparece como protección ante amenazas que no siempre tenemos claras pero sentimos como un gran peligro. Es una sensación que paraliza a quien la siente, el tiempo parece detenerse, la vista se nubla, las manos sudan y el corazón palpita tan fuerte que la mayoría de los pacientes, al tener su primer ataque de ansidead llegan al hospital creyendo que están teniendo un infarto.
Ambos tienen el poder de tomar el control de la persona y es ahí cuando la vida diaria se vuelve más complicada de sobrellevar, se trata de una tendencia que tienen algunas personas para reaccionar ante la adversidad, que si bien no determina cómo reaccionaremos siempre es bueno conocer y saber cómo puede ser que nos sintamos ante determinadas circunstancias.
Así como la herencia no determina nuestras enfermedades del todo porque el estilo de vida las contrarrestra, lo mismo pasa con las emociones y nuestra búsqueda de una vida más equilibrada en todos los sentidos. Hay que aprender a vivir con el estrés y la ansiedad como parte de nuestra realidad, pero no se trata de rendirnos ante ellas.
Ese no poder con ciertas situaciones por lo general no es del todo real. Hay que saber informarle a la mente que si podemos, aunque sea poco a poco.De igual forma, esos peligros amenazadores que aparecen de repente muchas veces son situaciones nuevas y que nos atemorizan, pero que no necesariamente nos harán algo malo.
Aprender a comunicarnos de forma efectiva con nosotras mismas es un proceso complejo, pero posible, y el tener clara la información y qué hay detrás de cada emoción, es el primer paso.
*ilustración de pinterest