Que levante la mano quien sufre para hacer ejercicio, o quien pierde la motivación pronto, o quien cree que es muy mala para hacer ejercicio, da igual. A todas nos cuesta.

Hay quien entrena porque de otra forma no puede con su ansiedad, pero de igual forma les cuesta porque por lo general optan por entrenamientos muy retadores.

Habemos quienes entrenamos casi siempre con flojera pero a los 10 segundos lo gozamos, aunque se trate solo de caminar.

De una u otra forma es un reto que muchas dejamos de lado al primero, segundo o tercer intento. ¿Y entonces qué pasa? Que muchas veces nos perdemos de oportunidades y no llegamos a descubrir el entrenamiento que amamos.

Si, así como lo escuchan. Todas podemos encontrar un entrenamiento que amamos, porque nuestro cuerpo se hizo para moverse y porque la clave está en disfrutar.

Ya sea caminar, bailar, hacer yoga, crrossfit, pilates, natación. Lo importante es explorar. Cada cuerpo es diferente, cada quién tiene una rutina diaria distinta, no es posible generalizar pero yo creo que vale totalmente la pena el luchar por movernos a diario.

Independientemente de los maravillosos resultados que el ejercicio nos puede traer el beneficio para nuestro estado de ánimo es inmenso.

Al movernos el cuerpo segrega felicidad, nos vemos al espejo y nos gustamos más además de que disfrutamos libremente de nuestra comida pues sabemos que ya cumplimos con una de las partes para estar más saludables.

No me refiero a entrenar para comer chatarra a diario, porque así no funciona. Me refiero a que vale la pena intentar, intentar y seguir intentando hasta dar con nuestra actividad (o actividades) favorita (s), de ahí en delante seremos mejores por dentro y por fuera y eso no tiene precio.

Te invito a moverte, si hoy no lo has hecho, adelante.